Dos vecinas enfrentadas por una maquina de vending en Pamplona.
lfonsa Ruiz, cuya vivienda se sitúa justo encima del local, asegura que soporta desde hace más de cinco años las molestias ocasionadas por los golpes propinados a las máquinas por parte de jóvenes de la localidad, sobre todo por las noches, y manifiesta que estos ruidos no le dejan dormir y que le han llevado a un estado de nerviosismo que le ha despertado una enfermedad cutánea. Por su parte, Maite Burgaleta, la propietaria del bar y de las máquinas, asegura que éstas son silenciosas y que los ruidos no son su responsabilidad, sino la de los "gamberros" que los producen
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