Bélgica estrena el año con la prohibición de fumar en bares y cafés que sirven comida.Una medida muy discutida tanto por el sector de hostelería, que la considera excesiva, como por las asociaciones contra el tabaco, para las cuales se queda corta.
Con la prohibición de fumar, el Gobierno belga de coalición pretende combatir el tabaquismo pasivo, que causa la muerte de 1.900 personas cada año en este país.
La ley aprobada en el Parlamento el mes pasado exime a aquellos locales donde no se sirva comida o cuyos alimentos tengan una fecha de caducidad de tres meses o superior, como cacahuetes, patatas fritas o ciertos tipos de queso.
En estos locales, será el dueño quien decida si convierte su negocio en un local libre de humos aunque, si las dimensiones superan los 50 metros cuadrados, tendrán que habilitar una zona para los no fumadores
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